FORMACIÓN PERMANENTE DEL PROFESORADO

Imagínate la siguiente situación con detalle.

“El mejor equipo de fútbol del momento sale al campo a jugar. Ha ganado la Liga, la Champions y todo lo que se puede ganar. No le pongo nombre al equipo a propósito, no vaya a ser que alguno deje de leer el post porque es de otro equipo. ¡Con el futbol no se juega en este país!

Es un partido benéfico que se celebra en otro país -pongamos que ese país es Nueva Zelanda- y no saben muy bien del todo contra quien juegan. Pero van a ganar. Salen a por todas. ¡Son los campeones de Europa en la materia!

Entran en el campo y se encuentran con un equipo rival de 15 jugadores, de casi dos metros de 120 musculosos kilos y con una pelota ovalada. Las porterías son unos palos muy altos con un travesaño a un tercio del largo.

Si imaginamos que no saben lo que es el Rugby, nuestro super-equipo trata de jugar al fútbol -que es lo que conocen- y se enfrentan a sus rivales con normas y herramientas inútiles para jugar ese partido.

Después del desconcierto inicial intentan ajustarse a las nuevas reglas del juego, al fin y al cabo son deportistas profesionales y cada jugador da lo mejor de sí. Nada, corren como locos, pero el equipo contrario les da una paliza monumental.”

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Veamos lo que pasó en los vestuarios antes de comenzar el partido. Los jugadores están preparándose. Entra el entrenador con un personaje que presenta como un experto en el deporte que les va a dar algunas ideas para el partido. Los futbolistas se miran entre si y se sonríen. Si es un experto no les suena de nada. Vamos, que famoso no es.

El experto comienza a decirles que atención al balón…

Ah! ¡El balón! -dicen los jugadores- estamos bastante familiarizados, ¿sabe? Lo usamos en cada partido. No hace falta que nos hable del balón.

Y el experto continúa diciendo algo sobre las reglas del juego. Otro jugador interrumpe: ¿Pero no se usa la normativa internacional? Esa la manejamos siempre. Puede pasar a otro tema.

El experto habla ahora sobre las porterías, pero ya ningún jugador presta atención. Resultado: juegan a un juego que no es y pierden el partido.

Pues queridos lectores: esto lo he visto yo con mis propios ojos. Si. De verdad. Ha sido hoy.

No, no con un equipo de fútbol, sino con unos muy buenos profesores, verdaderos profesionales de su trabajo con buenísimos resultados, que cuando les he hablado del balón, la portería y las reglas de alguna nueva metodología me han replicado que ya todo eso ya lo hacen en sus clases.

Es difícil mover del aula las “metodologías de siempre que tan buenos resultados nos vienen dando”, porque muchos profesores no han visto en qué consiste este nuevo juego. Y se creen se habla de lo que ya conocen, del futbol que conocen. ¡Vamos! ¡Si son los campeones del mundo! Llevan mil años aprobando al 100% la selectividad por encima de la media nacional.

Lo que pasa es que el mundo está cambiando y cada vez se juega menos al deporte que conocemos. Es necesario aprender las reglas del nuevo deporte. Es necesario formarse continuamente porque cada vez se saben más cosas de cómo funciona el cerebro en el aprendizaje. Es necesario para un profesor estar estudiando siempre. Y esto ahora mismo conlleva conocer, estudiar y aplicar nuevas metodologías.

¿Cuál? La respuesta es un poco gallega: la que te convenga, la que pegue por carácter y estilo educativo en cada colegio. Aun así recomiendo empezar siempre por aprender el estilo del Aprendizaje Cooperativo. Ya he explicado en otros posts que me parece la base necesaria que hace cambiar el género de la película educativa: pasaríamos de un documental (hay algunos buenísimos y otros no tanto) a un peliculón interactivo y adictivo.

La metodología es una herramienta potente como catalizador del cambio. Obliga al profesor a mirar la finalidad de su trabajo de otra manera, cambia su forma de hablar, su lenguaje, cambia su forma de mirar lo que pasa en el aula, cambia su actitud, cambia su enfoque.

La metodología educativa cuando se reduce a un conjunto de técnicas, se mata todo su potencial. Le quitamos el alma. La metodología además de técnicas incluye una filosofía. Y las metodologías activas y contextualizadas que venimos proponiendo incluyen al alumno como protagonista, al profesor como coach y pide contenidos de la vida real.

Y aun así la clave -como siempre- está en los profesores.

Como leí en un rótulo enorme que me hizo sonreír:

     El mundo sin profesores no tendría clase

Ellos son los que de verdad aportan la clase, el caché, a cada institución educativa, a cada aula. Son la clave, el eje alrededor del que pivota el futuro de nuestra sociedad.

La clave no está en la metodología sino en los profesores.

Por eso pido, suplico, un cambio de filosofía del actuar de los colegios. En sus idearios declaran muchas cosas, pero en realidad están para que sus alumnos saquen buena nota en los exámenes y evaluaciones externas. En sus webs y folletos dicen cosas preciosas,… pero se dedican a “sacar la selectividad con la mejor de las notas”. Por eso, aunque la misión del centro educativo sea otra, si el colegio tiene ese foco, los profesores se dedicarán a ello. Y por muy buenos que fueren, acabarán dedicándose a enseñar contenidos para selectividad.

El colegio pervierte a los profesores… Upssss, lo que acabo de decir.

reina de picas

El sábado asistí a una jornada de la #EED2016 promovida por la Fundación Telefónica con el título “Educar en Verde”. María Acaso, que pilota estas jornadas en las que propone al mundo educativo maneras disruptivas de aprender-enseñar, dijo una frase que me encantó y la tuiteé.

Para reinventar la educación hacen falta microrevoluciones: cada profesor puede cerrar la puerta de su clase, “hackear el aula” y mentir al inspector…¡que ya lo hacéis!

“Hackear el aula”[1]  introducir en el aula elementos nuevos, nuevas metodologías, buscando recuperar la emoción del aprendizaje en los alumnos.  No confundir con esto otro:

Me encantó la propuesta del “hackeo” por lo rebelde y por lo factible. Es verdad todo lo que dice: en la mayoría de los colegios cada profesor se mete en el aula, cierra la puerta y puede hacer lo que quiera. Y luego a la inspección se le presentan los documentos que quiere ver[2].

Es fácil ser un mirorevolucionario y está muy claro que un buen profesor que se dedica a que cada alumno desarrolle lo mejor de si, genera un impacto brutal no sólo en sus alumnos sino en la sociedad entera.

El pasado domingo se anunció el fallo del “Global Teachers Prize” o premio al mejor profesor del mundo. Lo ha ganado Hanan Al Hroub, una palestina que nació en el campo de refugiados de Belén y decidió hacerse maestra tras el ataque que sufrieron su marido e hijos y ver que el colegio no les ayudaba a superar su trauma.

Te dejo su vídeo aquí, aunque aviso que está en árabe con subtítulos en inglés. [3]

Sus lemas son la “no violencia” y “juego y aprendo”. Con esto ha conseguido que la clase sea por una parte un lugar seguro, donde los niños se recuperen de todo lo terrible y violento que hay fuera en las calles y además, con el juego, socializar, divertirse y aprender.

No parece una metodología muy compleja. Y el caso es que ha obtenido unos resultados espectaculares, no sólo académicos.

No es una metodología compleja, pero ha costado mucho esfuerzo: Hanan cambió su carrera y se hizo maestra para ayudar a sus hijos y otros niños en idéntica situación.

No es una metodología compleja, pero sí es la adecuada a las necesidades de esos escolares.

Esto es “hackear el aula”: estar al servicio del aprendiz. No sólo de sus necesidades intelectuales, sino también de las emocionales y sociales.

Es bellísimo que existan estos profesores y todos conocemos algunos casos en nuestra propia historia. ¿No sería genial si todos los profesores fueran de esos que recordamos con admiración y cariño porque causaron un impacto positivo en nuestras vidas?

Creo que antes me he atrevido a buscar la causa por la que no todos los profesores pueden ser así: es difícil para un profesor “hackear su aula” si el colegio le pide, porque lo piden los padres, que se centre en lo académico.

Para inspirar a otros hay que estar inspirado. Para inspirarse lo mejor es formarse, visitar, leer viajar. Y si no hay dinero ni tiempo, siempre nos queda YouTube y Google donde podrás encontrar cosas maravillosas de profesores generosos que ponen su saber al servicio de todos [4]. (antes al menos nos quedaba París…¡como han cambiado las cosas! ;P )

Elena Jiménez-Arellano Larrea

[1] “hackear el aula” expresión de María Acaso para referirse a innovar disruptivamente en el aula. 

[2] Desgraciadamente esto último lo tienen bien merecido porque la ley –que cambia sin parar- va pidiendo cosas que no se molesta en explicar. Junto a eso, a veces, los inspectores de educación aparecen poniendo el énfasis en cosas que no están nada explícitas o se explican de tres formas distintas en la ley. Resultado: los documentos que los inspectores estudian con detenimiento no son sino corta y pega de las propuestas de las editoriales.

[3] https://www.youtube.com/watch?v=02Z1NpMB2r4 

[4] ¿Quieres saber de…?

  • Flipped classroom? Busca en YouTube o Twitter a Juan Pablo Sánchez, profesor de Tajamar o a Raúl Santiago.
  • Aprendizaje cooperativo? Project Zero de Harvard. Hermanos Johnson. Kahgan… En YouTube hay mil videos.
  • Thinking based Learning? Y otras herramientas de aprendizaje reforzando el pensamiento. Googelea al grupo educativo COAS, o ve a visitarles. Mira a Robert Swartz…
  • Inteligencias múltiples? Pregunta a google por Gardner
  • Aprendizaje basado en proyectos? Hay para aburrir en google. Hay hasta un par de tesis buenísimas…

Y no sigo, si quieres bibliografía, vídeos, visitas a colegios, ponte en contacto con nosotros en talento@inspirandotalento.com y te facilitamos todo lo que necesites saber a vuelta de correo!

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