Educar por competencias. Comienza la revolución.

Me cuentan mis padres que cuando apenas tenía 3 años y vivíamos en la calle de Jorge Juan semiesquina Alcalá, pensaron que tenían que enseñarme a ser autónoma y a orientarme y me explicaron que si andaba, nada más salir del portal, todo el rato tocando la pared con mi mano derecha, daría la vuelta a la manzana y llegaría de nuevo al portal. Dicho y hecho: me bajaron a la calle y me mandaron “solita” a dar la vuelta a la manzana. Por supuesto mi madre miraba desde el balcón sin ser vista y mi padre me seguía por detrás sin que le viera.

Leer más