DAR CLASES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Queridos profesores, esta situación, que nos ha pillado a todos por sorpresa exigiéndonos trabajar de un modo completamente diferente al que estábamos acostumbrados, va a durar más de lo que esperábamos.

Quizá volvamos a las clases en algunas comunidades, algunos cursos y algunos niños, pero con los repuntes de la infección que están previstos y los rebrotes en el otoño que viene, es muy probable que tengamos que seguir dando clases on-line también el curso que viene.

Decía que nos obliga a dar clase de una forma completamente distinta. Y no sólo me refiero a que tenemos que usar una tecnología que apenas conocemos, sino a que tenemos que usar unas estrategias completamente diferentes.

En el anterior post ya hablaba de invertir tiempo en poner las normas nuevas: obligatoriedad o no de tener la cámara encendida, o el micro, cómo y cuándo usar la palabra, etc. También de lo importante que es saber cuál es el objetivo de aprendizaje de esa clase y qué herramientas emplearemos para que sea un aprendizaje significativo.

En este post de lo que quiero hablar de lo más importante de todo: la misión de los profesores.

LA MISIÓN DE LOS PROFESORES

Eric Schmidt, dice que Google nunca sustituirá a los profesores. Y lo dice el presidente ejecutivo de la empresa que tiene la plataforma para dar clases on-line más popular en nuestro país: Google Classroom con las extensiones, entre otras de Meet y Screencastify.  Y, lo explica con sus propias palabras (no es literal)

Porque la educación es para desarrollar el ser humano y para eso hace falta interacción y la relación con otro ser humano: el profesor, que es el que ayuda a desarrollar seres humanos

Sigue contando el presidente ejecutivo de Google:

“Cuando me contrataron en Google querían alguien que se centrará en hacer dinero. Y a eso me dedicaba. En las reuniones la gente hablaba de nuevos proyectos e ideas en cómo hacer el mundo mejor. Pero tengo que decirte, que me decía a mí mismo, que siendo el sitio más alucinante donde he trabajado en mi vida, yo me olvide de nuestras ideas, de la idea de trabajar para hacer un mundo mejor y me centré en hacer ganar dinero a nuestra empresa. Me olvidé de nuestras ideas y de a dónde nos llevaba nuestra misión y me dedique a otras cosas. Y no nos fue muy bien. Irónicamente nuestro éxito se debía a esas reuniones. Regresamos a la idea original y todo empezó a ir bien otra vez”

IR AL GRANO. VOLVER A LA MISIÓN

Queridos profesores, es fácil que en la situación actual se nos haya olvidad como a Schmidt nuestras ideas y a dónde nos lleva nuestra misión y nos estemos dedicando a otras cosas: intentar gestionar la tecnología, luchar contra el wifi de nuestra casa que no está preparado para estos trotes con varios tele-trabajando y “tele-colegiando”, intentando satisfacer las demandas de los directivos que nos piden: pasar lista, grabar cada clase, hacer tutorías, seguir el programa y seguir con el mismo horario que teníamos en el aula….

Es fácil, en realidad es casi imposible recordar para qué estamos los profesores. Porque para eso hace falta tiempo para reflexionar. Y a pesar del confinamiento eso es lo que menos tenemos ahora: hay que cocinar 3 comidas al día todos los días de la semana, dar tele-clases, organizar la tele-educación y el teletrabajo de cada miembro de la familia poniendo en uso además de cualquier ordenador viejuno, las tabletas y los teléfonos…

Por eso os invito en este post a hacer un parón para reflexionar y repetirnos: mi tarea educativa va encaminada a desarrollar seres humanos.

Por eso, más importante que cumplir la programación, más importante que cumplir un horario, más importante que cumplir con las exigencias del equipo directivo, son mis alumnos.

RECAPITULANDO: ASÍ ESTÁ LA SITUACIÓN

Si recapitulamos lo que está pasando, si hacemos un examen de conciencia, podemos apreciar varias cosas:

Primero, los profesores hemos aprendido mucho, trabajamos como fieras (enjauladas, sic), y somos muy conscientes de que aunque nuestro trabajo parece dejar mucho que desear, hace que los niños estén ocupados, muchos de ellos entretenidos y divertidos y quizá alguno está hasta aprendiendo. Por todo esto nos merecemos un aplauso. Uno enorme. Nos lo dan todos los padres, y sobre todo nos lo tenemos que reconocer a nosotros mismos.

Segundo, cada día maquinamos sobre cómo solucionar las brechas que descubrimos al intentar dar las clases de siempre de forma digital. Por mucho que seamos unos cracks, vayamos viendo avances, aprendiendo e incorporando nuevas cosas, el hecho real es que no se puede. No se puede dar una clase como las de siempre. No se puede. Y si alguien dice que sí, que nos lo demuestre.

TRES CLAVES PARA DAR CLASES EN TIEMPO DE CORONAVIRUS

Por eso, sacando ideas de varios profesores, de lo que veo que hacen los niños y adolescentes que tele-estudian, os paso algunas ideas que me parecen brillantes y que van en el camino de poner a nuestros estudiantes por delante de todo, para que se desarrollen como seres humanos. Si, como seres humanos en toda su humanidad, no les preparamos solo para saber, ni siquiera para saber hacer, sino que les acompañamos y guiamos en su aprendizaje para saber ser. Saber ser, cada uno con su capacidad y su interioridad, plenamente. Guiándoles en su desarrollo personal, en su desarrollo como personas.

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Idea 1:  Si tienes que dar la clase en streaming divide la clase en grupos más pequeños, divídela por la mitad y da dos clases. Una clase de quince alumnos en streaming es más o menos manejable, con treinta alumnos es imposible. No estoy planteando dar dos sesiones de una hora, sino dar dos sesiones de 35 minutos. En 35 minutos se pueden hacer maravillas y además tendremos más fácilmente su atención, que es el mayor regalo que nos pueden hacer.

 

 

 

 

Idea 2: Establece unas rutinas de comienzo y final de cada sesión.  La rutina de entrada sirve para tenerlos a todos preparados y dispuestos a empezar a trabajar. No basta decir “Buenos días, hoy vamos a trabajar sobre tal o cual”. Cuando hacemos eso los alumnos están aún colocándose los auriculares, o a lo mejor ni siquiera tiene un cuaderno y un lápiz delante.  Os copio una de las mejores rutinas de comienzo que he visto en mi vida, del libro de Carlos Pallero “PNL y educación”[1]:

“Don Paco tenía un modo particular de adaptar a sus alumnos a lo que tenían que hacer sin pérdida de tiempo pues, sabido es que los alumnos necesitan 0.005 segundos para adaptarse de la clase al recreo y unos 600 segundo para adaptarse del recreo a clase. Cuando venían del recreo, Don Paco daba una palmada y su alumnos cantaban: “Cuando Don Paco da una palmá cojo el lápiz, abro el cuaderno, busco la página en la que escribo, dejo tres renglones, hago un punto y espero a que diga lo que tengo que hacer” .” De esta manera son los alumnos los que se dicen lo que tiene que hacer, saben lo que se espera de ellos y se preparan por dentro –regalándonos su atención- y por fuera, con el cuaderno.

La rutina de salida sirve para que acaben la clase sonriendo y con ganas de asistir a la siguiente. Y, como no, os traigo una de las rutinas de despedida de Don Paco del mismo libro que cito arriba: “Gracias por vuestro comportamiento, atención y trabajo. Recordad que nos vemos pasado mañana a las 10. No sé si sabéis que me han llamado de Taiwán ofreciéndome un puesto en el colegio con los mejores alumnos del mundo y les he contado que de eso yo estoy bien servido. Decid en casa que estoy encantado con vosotros”. Usa esta u otra idea similar, cámbiala un poco, que no se den cuenta que leéis el mismo blog 😉 pero usadla, es un modo de aumentar la cuenta afectiva con nuestros alumnos[2] que nos beneficia a nosotros y a ellos.

Idea 3 Entrena tu cerebro como si fuera un músculo. Esta idea se desarrolla en este vídeo del curso que elaboré para el Proyecto INTELLIGO de la Fundación Pineda.

 

Y ya sabes que puedes comentar bajo este post los resultados de estas prácticas y tus experiencias personales. Compartiendo experiencias es como más aprendemos.

Elena Jiménez-Arellano Larrea

[1] PNL y Educación, Carlos Pallero Guerrero, Editorial Universitaria Ramón Areces. 2017

[2] Esta es una idea genial de Senador Pallero a quien puede oír en un congreso educativo en Valencia hace ya unos años. La desarrollaré en algún otro post más adelante.

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