EDUCAR CONTANDO CON LAS EMOCIONES

Genial la peli de Pixar. Yo, 100% identificada con la escena en la que Alegría tiene que arrastrar a Tristeza por los pasillos de la memoria  a largo plazo camino a su objetivo. Así se siente a veces el emprendedor: ¡sacando fuerzas de flaquezas y tirando hacia adelante arrastrando a Tristeza!

Genial la peli, porque nos mete de lleno en el mundo de las emociones; Explica como todas las emociones son válidas y todas las emociones bien “administradas” pueden ser una gran ayuda para ser feliz. Hasta el miedo -ya hablé de esto en un post- resulta muy positivo para alejarnos del peligro.

Los de mi generación no estamos acostumbrados ni a hablar de sentimientos, ni a considerar positivas emociones como la tristeza, el asco o la ira -siguiendo los ejemplos de la peli “Inside Out” de Pixar-

Tampoco nos han acompañado en nuestras aulas donde llorar delante de la profesora era un signo de absoluta debilidad o sonreír era hacerle la pelota…

emociones
Ahora, la siguiente generación tampoco sabe mucho de sentimientos. Ahora no tiene emociones “tienen”… emoticonos:  🙂  😉  =)  :O  De hecho, si tecleas emociones en Google imágenes, ¡lo que sale son miles de emoticonos!

Las emociones,  junto con la inteligencia y la voluntad  forman una triada heterogénea pero inseparable de lo que supone ser persona.

Cierto que inteligencia y voluntad están en otra liga -la de las facultades espirituales- mientras que los sentimientos juegan en la liga de las facultades sensibles, pero las tres juntas constituyen parte esencial del ser humano y obviar el papel de las emociones en nuestras vidas, en nuestro aprendizaje sería como obviar que tenemos ojos para ver y no usarlos.

David Perkins, uno de los fundadores del Project Zero de Harvard (1) subraya:

Una educación plena exige: un buen pensamiento, una voluntad bien educada y un buen manejo de las emociones.

Hasta ahora hemos educado y nos han educado contando sólo con dos de las tres patas de nuestras facultades como ser humano. ¿Qué hacemos desaprovechando un tercio de estas facultades cuando no incluimos las emociones en el aprendizaje? Pues… ¡caernos del taburete de dos patas! Taburetes hay de una, tres o cuatro patas, los de dos patas no se sostienen. Necesitamos la tercera pata: las emociones.

Contar con las emociones

Dice la R.A.E. que emoción es “Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”.  Del estado de ánimo dice “Disposición en que se encuentra alguien, causada por una emoción”, es decir, las emociones dan lugar a estados de ánimo que a su vez generan disposiciones hacia algo.

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Las emociones son, por tanto, la puerta hacia la disposición positiva o negativa al aprendizaje. Mueven a acciones determinadas: una emoción positiva hacia el aprendizaje mueve a la curiosidad, ésta a la atención y de aquí a aprender más y mejor. Una emoción negativa bloquea las puertas e impide el aprendizaje.

Lo que sucede, es que las emociones son pasajeras ¿se reduce entonces el papel del profesor a emocionar al alumno en cada clase?

Contar con las emociones no es “producir emociones”. Errores de este enfoque.

No se trata de estar sorprendiendo al alumno todo el rato, generando distintas emociones. Esto, además de darnos mucho trabajo, sería ineficaz, porque una emoción sólo abre la puerta a una sala llena de cosas interesantes, pero lo que nos hace entrar e investigar, perseverar en el esfuerzo de avanzar, no son sólo los estados de ánimo, necesitamos también la voluntad bien educada y el pensamiento.

Para cambiar los resultados que conseguimos con nuestras clases no es necesario cambiar ni reducir los contenidos, sino cambiar el estado de ánimo de los alumnos hacia la educación.

¿Cómo se cambia el estado de ánimo de una clase?

La respuesta es, que para cambiar la emoción hay que cambiar el juicio que trae el alumno a la clase.

Para explicar esta afirmación os traigo este trailer de “Del Revés”, dura un minuto.

Y analicemos por partes lo que sucede:

1º HECHO REAL: A Riley le quieren dar de cenar brécol.

2º JUICIO DE RILEY (es un juicio de la inteligencia basado en conocimientos y experiencias previas. Muchas veces es automático. Muchas veces se hace por inferencia): “No sé lo qué es esto. Es verde. No es un dinosaurio. Huele mal.”

3º EMOCIÓN DE RILEY: “¡Qué asco!”

4º ACCIÓN: No se lo come y tira el plato de brécol volando por los aires. (¿os suena esta escena de algo?)

Este orden de “acontecimientos”:  hecho-juicio-emoción-acción, sucede siempre, de modo subconsciente en nuestro actuar. Si somos capaces de analizar conscientemente cada paso podremos actuar al nivel de las emociones ayudando al pensamiento (juicio o conocimiento) a dirigirse adecuadamente.

Para que Riley se coma el plato de brécol hay dos caminos:

A corto plazo: “El avión”

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Una emoción positiva como la producida por el “avión” puede hacer que se tome el brécol. Al menos la primera cucharada -por eso digo a corto plazo- pues si no le gusta, el segundo avioncito no aterrizará. Si le gusta, en cambio, habremos conseguido a través de una emoción positiva un aprendizaje nuevo: “el brécol, es verde y está bueno”. Ehhh… esto, la verdad, es que pasa pocas veces.

Bromas aparte, puede resultar muy eficaz en algunas ocasiones, cuando lo que queremos es dar a conocer algo nuevo. Es igual a cómo funcionan las muestras de cosméticos, las pruebas que nos ofrecen de comida en el supermercado o la prueba del coche en el concesionario. Aprovechando la emoción que nos produzca la prueba: “qué bien huele, qué rico, qué chulada de coche…” podemos conseguir que descubran que les gusta un producto que hasta entonces no habían probado y que de por sí no les hubiese atraído.

Con este procedimiento se busca un atajo por la vía de las emociones. Pero hay que ser cuidadoso de no sobreexplotarlo, pues explica lo que pasa cuando introducimos nuevas técnicas a la clase que aportan sólo un cambio emocional sin producir un cambio intelectual, puede suceder que quememos la metodología.

A largo plazo: El ejemplo y las razones

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El ejemplo es un motor de aprendizaje. Por eso nos encantan los super héroes. Ver cómo alguien es capaz de hacer con elegancia y sencillez algo costoso nos da pistas de cómo afrontarlo y nos permite hacer un aprendizaje sobre la práctica. El ejemplo es muy importante en la educación también por lo que aporta de coherencia. Deseduca decir una cosa y hacer otra. Con el ejemplo además se generan unas emociones positivas y de posibilidad que anima a hacer cosas difíciles.

Las razones, en cambio,  aportan al intelecto apoyos teóricos necesarios para utilizarlos en otros momentos. Se ha terminado el “porque lo digo yo” y comienza la “pesadilla” de dar siempre respuesta a todos los “porqués” de hijos y educandos. Los “porqués”, además, muchas veces no los formulan  en voz alta, por eso el profesor y el padre tiene que saber identificar dónde debe poner cimientos intelectuales. Para esto hace falta empatía. Es decir, que el reconocimiento de las emociones también aquí juega su papel.

Cómo contar con las emociones en clase.

Daniel Goleman (2) afirma que

El cociente intelectual sólo predice entre el 4 y el 10 por ciento del éxito profesional, mientras que el 80-90 por ciento dependen más de habilidades relacionadas con la inteligencia emocional (3) 

Educar las emociones es esencial cuando se pretende formar integralmente a la persona.

Dar legitimidad a las emociones: permitirlas
Todas las emociones son válidas, todas surgen por algo y tiene una misión que cumplir. Por eso todas son legítimas y como educadores debemos reconocer el valor de cada una. Es cierto que si en una clase se ha creado un ambiente de agresividad, como las emociones son contagiosas, el profesor se contagia de esa emoción y debe gestionar primero la suya para ayudar a la clase a hacer lo propio. Cuando somos conscientes  y hábiles en el control de las emociones y enseñamos a nuestros alumnos a reconocerlas, validarlas en la función que tienen y a gestionarlas, les estamos proporcionando una herramienta eficaz para el aprendizaje y para la vida.

Enseñar a hablar de emociones
Cuando enseñamos a nuestros alumnos a expresar sus emociones de modo correcto les estamos enseñando a encontrar la salida de las situaciones no deseadas. Por ejemplo “Estoy enfadado porque tenemos muchos deberes y eso me impide jugar el partido de fútbol con mis amigos” permiten al profesor facilitarle estrategias para hacer ambas cosas (si es posible) o que entienda la necesidad en ese caso de renunciar a veces a lo que nos apetece por lo que tenemos que hacer. Con la práctica, el propio alumno ve la puerta de salida de su enfado. Si el alumno no expresa su emoción correctamente, sólo notamos que tenemos un alumno enfadado, con cara mustia y de mala gana que nos está boicoteando la clase.

Enseñar a manejar las emociones
Os aconsejo la lectura de este artículo de Valeria Sabater donde explica por edades qué conocimiento, comprensión y control de las emociones son necesarias para desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Está demostrado que las personas con una mayor inteligencia emocional son capaces de afrontar las cosas de cada día de un modo más eficiente y más feliz.

El pasado miércoles me interpeló un profesor preguntándome si creía de verdad que las nuevas metodologías como el PBL, TBL, Cooperativo, Flipped Classroom, etc, eran algo más que una moda. Me preguntaba que si yo creía de verdad que el “método tradicional” ya no servía para enseñar, y no quedaba otro camino más que cambiar la metodología.

lectura en el campo
No necesité contestar, una profesora de lengua y literatura lo hizo por mi: ” Me encanta dar clases. Me apasiona lo que hago y siempre he transmitido esta pasión a mis alumnas. Hasta hace unos años. No sé porqué, pero no conseguía la magia que había antes. ¿Estaré “quemada”? Por esas fechas asistí a un congreso donde se hablaba de la metodología cooperativa de los hermanos Johnson y comencé a hacer mis pinitos en clase. El cambio fue radical. Mis alumnos y yo volvimos a disfrutar de nuevo con cada clase. Ahora combino la metodología cooperativa con el aprendizaje por proyectos y hay días en los que acabamos la clase aplaudiendo. Yo salgo  siempre con una sonrisa; agotada, pero muy contenta”

Como veis en este testimonio no se habla de contenidos. Yo estoy segura que la profesora de lengua y literatura seguía siendo igual de buena (me consta que ha conseguido resultados brillantes en pruebas externas durante muchos años) al impartir los contenidos  con la nueva metodología.

El hecho es que aquí no habla de contenidos, habla de emociones: pasión, magia, sonrisa, disfrutar, estar contento….

¿Abrimos esa puerta?

Elena Jiménez-Arellano Larrea

(1) Recomiendo leer este blog sobre sus últimas publicaciones en castellano: http://enlaescuela.aprenderapensar.net/2010/10/26/david-perkins-%E2%80%93-el-aprendizaje-pleno/

(2) Inteligencia Emocional. daniel Goleman. Kairós. 1995

(3) http://www.hacerfamilia.com/educacion/noticia-claves-educar-emociones-habilidades-sociales-20140612130715.html

2 thoughts on “Pongamos la educación “Del revés”

  1. Elena, enhorabuena por este articulo, me ha encantado. No decaigas, estoy segura que la Alegría va poder con la tristeza, como emprendedora me estas dando un gran ejemplo, espero que te anime a seguir y a triunfar, de hecho ya lo has hecho solo tiene que resultar palpable para los demás, porque el éxito ya lo tienes. Un beso muy fuerte amiga. Marisol

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